The Rocket Man
Hoy he dormido con las estrellas. Tu estabas a mi lado, pequeña luz policromada, mientras me guiabas por este universo de fantasía, moviéndote arriba y abajo, como lo hace el aleteo de una mariposa. Mientras navegábamos en medio de este mar onírico, rodeado de astros, volvieron a mí esas sensaciones que intento bloquear y que me incitan a cometer actos que deseo pero que, una vez consumados, me llevarán al peor camino de todos, culminando en la perdición. Aun recuerdo tu vibración, latente en mi piel, sensible a tu tacto: una caricia, un golpe juguetón; quizás esa sonrisa cómplice. Cualquier contacto entre los dos seres despertaba una calidez pasional, producto de una danza que empezamos y que lucha desesperadamente para continuar; aunque la música solo suena dentro de mi cabeza. Porqué no es a mi a quien pertenece esta cefeida. Solo soy un cowboy que cabalga solo por el espacio, en busca de una estrella; de una en concreto. Pero siempre que me acerco, ella escapa de mis manos