Cambio de rumbo
¿Es por mí? – te pregunto mientras me miras con ojos distantes y, desconozco el motivo, pero no consigo que mi voz llegue a ti. Da igual cuanto grite; cuanto intente demostrarte que busco una respuesta a aquello que impide que todo vuelva a ser como antes, cuando éramos jóvenes y jugábamos los dos sin preocuparnos de lo que viniera. Sin que nadie supiera nada; solo los dos. Se que la fastidié. Me atreví a cruzar esa frontera que convierte los amigos en amantes y a los hombres en animales sin sentido, pensando que solo sería otro juego mas, inocente y risueño, como prueba del vínculo que creía que existía entre los dos. Y ese fue mi error. Pues esa misma noche comprobé, con mi propia piel, esa oscuridad que se gestaba en tu interior, deseosa de salir y de romper lo que habíamos construido. De cortar ese cordón que nos unía como amigos y de alejarnos para convertirnos, aunque de distinta manera, en simples conocidos. En simples seres que se encuentran, se saludan y se van